El objetivo de cada uno de los tratamientos aplicados es mejorar la calidad
de vida del paciente diagnosticado con epilepsia y su familia. Es importante conocer y entender la epilepsia para así controlar las convulsiones.
Tratamientos
Muchos son los estudios e investigaciones llevadas a cabo actualmente para tratar, controlar y hasta erradicar las crisis epilépticas en los pacientes diagnosticados con epilepsia.
Tratamiento conformado por fármacos antiepilépticos , diseñados para restaurar el equilibrio químico de las neuronas y de esta manera reducir, controlar o incluso eliminar las crisis epilépticas. La dosis y uso dependerá de la condición de cada paciente y deben seguirse las instrucciones del médico para poder obtener los resultados deseados. En algunos casos conllevan efectos secundarios.
Tales como : fatiga, mareos, sarpullido en la piel o problemas con su memoria, coordinación o habla.
Las intervenciones quirúrgicas son usualmente recomendadas para pacientes con crisis epilépticos focalizadas que no pueden ser controladas con medicamentos y cuya área en el cerebro no interfiere con funciones importantes tales como memoria, el habla, lenguaje o audición.
Dentro de las intervenciones quirúrgicas contrala epilepsia se encuentran:
A) Lobectomía o lesionectomía: Se extirpa un pequeño fragmento de cerebro que es el causante de las crisis.
B) Sección del cuerpo calloso: Se corta la unión que conecta las dos hemisferios cerebrales. Se suele realizar en niños en los que las crisis comienzan en una mitad del cerebro y se extienden a la otra. Se realiza en el caso de crisis epilépticas tónica, atónicas o mioclónicas que provocan caídas.
La finalidad de esta dieta es tomar alimentos que puedan ayudar a controlar las crisis. La misma consiste en un plan de comidas que provoca un cambio químico en el cuerpo. La alimentación se basa en un alto nivel de grasas (aceites, mantequillas…) escasas proteínas (huevo, pescado, carne…) y prácticamente nada de carbohidratos (pasta, pan, dulces…).
Este tipo de dieta se denomina “Cetogena” y es debido a que los alimentos ingeridos y asimilados se convierten fácilmente en una sustancia química llamada “Cetona” la cual ayuda a controlar las crisis epilépticas.
Este tipo de tratamiento se emplea para en casos de crisis focales que no se pueden controlar con medicación y donde no existe ninguna lesión cerebral evidenciable.
Consiste en el envío de información al cerebro a través de leves pulsaciones eléctricas emitidas de forma regular a través de un electrodo colocado junto con un generador bajo la piel.
El electrodo es colocado en la zona del cuellos mientras que el generador se ubica en la región pectoral izquierda.